En este artículo os contaremos cómo un grupo de 24 personas de 9 países europeos se encontraron en medio del bosque estonio para aprender el arte de la facilitación gráfica y de cómo, practicándolo una y otra vez, lograron de organizar y desarrollar un evento temático en Tallinn, la capital del país.
Pero comencemos desde el principio, ¡presentándonos! Somos Fabio, María y Nataliia, los participantes enviados por Ticket2Europe al norte de Europa para aprender todo sobre esta técnica que te permite realizar cualquier tipo de actividad, taller o reunión de la manera más visual y efectiva posible: a través de imágenes, formas y colores. Como trabajadorxs juveniles, siempre en contacto con jóvenes, no podría haber habido un curso más útil y efectivo que éste, en el que «se facilita la facilitación» y donde realmente fuera posible aprender todos los trucos del oficio para hacerlo de la mejor forma. Cada uno con sus propias habilidades, sus expectativas y sus dudas iniciales, nos fuimos a Estonia el 29 de enero, listos para pasar unos diez días garabateando, divirtiéndonos y aprendiendo.
Ya fuese por el ambiente encantador del hotel que nos acogió, favorecido por el clima templado inesperado que nos recibió, o simplemente por la organización increíble de Shokkin Group Estonia, la asociación anfitriona, la experiencia fue completamente enriquecedora tanto desde el punto de vista del conocimiento como desde el punto de vista del alma. Un programa sabiamente dosificado y construido para transmitir toda la información útil de la mejor manera y para alentar la colaboración y el trabajo en equipo de aquellos que inicialmente eran 24 desconocidos pero que al final demostraron ser un grupo de trabajo internacional muy unido, dejando un pedazo de corazón en ese lugar perdido rodeado de naturaleza.
El contenido del curso fue tan amplio, variado y detallado que es difícil poner todos los temas cubiertos en palabras, ¡seguramente ahora sería más fácil dibujarlo! Desde los principios de la facilitación gráfica hasta los ocho elementos esenciales, pasando por plantillas y procesos de aprendizaje y llegando a construir un vocabulario visual para trabajadorxs juveniles, un resultado concreto y tangible que no espera nada más que ser compartido, con la esperanza de que sea útil para otras personas.
La mejor parte fue organizar una sesión de un par de horas en Tallinn para otros profesionales del sector o personas interesadas, tratando de resumir nuestro conocimiento. Dedicamos los últimos dos días del programa a prepararlo y al final conseguimos nuestro objetivo. ¡Desafío superado! Ahora sólo tenemos que aprovechar esta experiencia y llevar nuestro trabajo a otro nivel gracias a las enseñanzas del curso: el camino es largo y requiere mucha práctica, ¡pero ya sabemos que lo haremos!
Fabio, María y Nataliia