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Las mejores decisiones son las que se toman sin planificar en absoluto y
esa podría ser la metáfora exacta de mi estancia en Zagreb. Después de mi
segundo año en la Universidad, una pandemia mundial y tanta incertidumbre
sobre mi futuro, finalmente tuve la oportunidad de unirme a un proyecto de
voluntariado en Udruga Amazonas, Croacia. Al principio, es cierto que no
estaba seguro y tuve mis dudas, dadas las circunstancias. Sin embargo,
ahora que ya llevo 3 meses aquí, no puedo estar más agradecido. Si tuviera
que empezar con cómo es mi estilo de vida, aunque no trabajemos más de 30
horas a la semana, sorprendentemente estoy más ocupado que nunca. Me las
apañé para unirme a tantas actividades como pude, como Capoeira, Acrobacia,
¡incluso HipHop! Descubrimos a otros voluntarios de otras organizaciones y
ahora todos nos estamos convirtiendo en una amplia familia internacional.
En cuanto a la organización, no tengo ninguna queja: desde el primer día
nos han acogido como parte de su familia, nos sentimos apoyados no solo
profesionalmente sino también personalmente.*
Hemos sido asignados a una gran variedad de tareas que incluyen clases de
nuestro idioma para la gente local, tomar fotografías de algunos de los
eventos que ocurren en la organización, escribir un artículo para el blog
de Amazonas,e incluso hemos podido (a pesar de COVID) organizar nuestro
propio talleres y muchas otras actividades para ayudar a la organización y
a la propia sociedad.»
EN version
Best decisions are the ones you take without planning them at all and that
is an exact definition of my stay in Zagreb. After my second year of
University, a global pandemic and so much uncertainty about my future, I
finally got the opportunity to join a volunteering service project in
Udruga Amazonas, Croatia. At first, it is true that I hesitated given the
circumstances. However, now that I´ve been here for 3 months already I
can’t be more grateful. If I were to begin with how my lifestyle is, though
we do not work more than 30 hours a week, I´m surprisingly busier than
ever. I managed to join so many activities, such as Capoeira, Acrobatics,
even HipHop! We discovered other volunteers from other organisations and
now we all are becoming a wide international family. In terms of the
organisation, I have no complaints at all: Since the very first day, they
have welcomed us as a part of their family, we feel supported not only
professionally but also personally.*
We have been assigned to a wide variety of tasks including Language
lessons to local people, taking pictures of some of the events happening in
Amazonas, writing an article for the Amazonas blog, we have been able (in
spite of COVID) to organise our own workshops as well as many other
activities to help the organisation and society itself.
By Eduardo Zamorano, EVS volunteer in Croatia