«El curso nos dejó testimonios de inmigrantes que marcan, relatos detallados de profesionales que trabajan en centros de inmigrantes y se desviven por ofrecerles unas condiciones de vida dignas, actividades que hacen a uno cuestionarse sus planteamientos, reflexiones colectivas muy enriquecedoras… En pocas palabras, fue un espacio que permitió conocer distintas realidades, intercambiar puntos de vista, y generar ideas para favorecer la integración de los inmigrantes, mejorar la convivencia y construir una sociedad tolerante y solidaria.

Pero no todo iba a ser trabajar. Evidentemente, también hubo tiempo para la fiesta. La noche intercultural fue especialmente animada y pudimos disfrutar de la comida, bebida, música y bailes de todos los países asistentes. Estos momentos de ocio sirvieron para estrechar lazos y conocer más de cerca a un grupo de gente simpático, abierto, diverso, divertido e interesado por los desafíos propios de nuestro tiempo.colors2

El clima mediterráneo también nos regaló algunos días de sol que aprovechamos para conocer los rincones de la isla, desde playas paradisíacas hasta los secretos que esconde la ciudad amurallada de Valeta. Así descubrimos un país singular, producto de la mezcla de las distintas civilizaciones que han pasado por ella a lo largo de la historia. Un mestizaje de razas y culturas que hace de Malta y su gente un lugar especial.

Ha sido mi primera participación en los proyectos de movilidad del Programa Erasmus +, pero sin duda, no será el último.»

Colors of the wind«El viaje empezó bien, hasta que repentinamente aterrizamos en Sicilia porque ‘no se podía aterrizar en Malta debido al mal tiempo’. Después de las 7 horas de retraso, todo fue ligeramente a mejor, excepto el tiempo. Llovió durante los 4 días siguientes, cosa que no pasaba en Malta en mucho tiempo (igual nos llevamos algo de lluvia del Norte de España), y finalmente, cuando el curso ya estaba acabando, pudimos disfrutar de la isla bajo el sol, lo cual mejoró el ánimo del grupo considerablemente.

El curso fue una gran oportunidad para conocer gente de otros países (nada menos que 11 diferentes además de España) y aprender sobre inclusión social, y sobre todo cómo se lleva este tema en el extranjero (por ejemplo, algunos de los participantes eran trabajadores en centros de refugiados y compartieron su experiencia).

Me gustó mucho que fuimos los participantes (según país) quienes se encargaban de los “energisers“ antes de empezar cada sesión.

Además de las actividades, tuvimos una sesión en la que vino una experta, Marcelle, una trabajadora social que está en contacto directo con inmigrantes a diario en un centro abierto, y supo como atraer nuestra atención además de tener muchas cosas interesantes que contar y buenas prácticas que compartir. Fue un taller muy inspirador.

Además, la convivencia con gente de 12 países fue muy enriquecedora y la noche intercultural fue todo un éxito, con muchísima comida, sobre todo diferentes platos de la gastronomía maltesa, como los famosos pasticci, una especie de “empanadillas” de hojaldre rellenos originalmente de queso o alubias (también hay otras opciones como pollo o sardinas, pero no son tan tradicionales).

En definitiva, una experiencia recomendable 100%.»

Noa y Marcos

Participantes en el TC «Colors of the Wind»

17-22 de noviembre de 2016 (Malta)


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