En pleno mes de julio en Italia tuvo lugar un apasionante y productivo programa de intercambio juvenil Erasmus+ que reunió a jóvenes dispuestos a aportar su granito de arena mediante activismo como forma de apoyo a la comprensión e inclusión internacional. Los países protagonistas de esta oportunidad fueron Italia, Rumanía, España, Polonia y Dinamarca. A lo largo de siete días, se realizaron una serie de debates, juegos y actividades en los que primaron el diálogo y la capacidad de escuchar en la lucha contra la discriminación. Se abarcaron temáticas principalmente relacionadas con los prejuicios étnicos y raciales con el fin de enviar un mensaje a través del lenguaje universal de las artes, concretamente, la música. El objetivo material final sería la composición de una canción sobre la temática del evento, fomentando la creatividad y el entendimiento intercultural para dejar una prueba y testigo de todo lo aprendido en esta experiencia multicultural.

Los participantes se embarcaron en una experiencia multicultural completa, participando en talleres, debates y colaboraciones artísticas con el objetivo de abordar la discriminación a través de diversas formas de arte. El poder de la música, la danza y las artes visuales brilló en todo su esplendor cuando el grupo se organizó y reunió y consiguió crear una canción convincente que encarnara el mensaje de difundir el amor, no el odio. Unidos por un propósito común, crearon una letra que reflejaba experiencias relacionadas con la temática y aspiraciones a un futuro mejor, promoviendo la inclusión y celebrando la diversidad.

Más allá de los esfuerzos artísticos, en el ámbito más personal, el intercambio de jóvenes brindó una oportunidad excepcional para crear amistades duraderas y cultivar una mentalidad abierta más allá de las propias fronteras. Con representantes de cinco países diferentes, los participantes se vieron inmersos en un rico tapiz de culturas, lenguas y tradiciones. El intercambio de ideas y perspectivas puso en tabula rassa las ideas preconcebidas sobre distintos grupos sociales discriminados y fomentó una comprensión más profunda del valor que aporta la diversidad.

Cada noche, los participantes disfrutaron de experiencias interculturales a través de distintas delicias culinarias nacionales y regionales, juegos, danzas y bailes tradicionales, mostrando la belleza de los distintos patrimonios a través de la música tradicional. Desde las enérgicas danzas folclóricas polacas hasta los contagiosos ritmos de las procesiones de la Semana Santa española, cada noche fue una cautivadora exploración de expresiones culturales únicas. Estas noches interculturales sirvieron para recordar que las diferencias son para celebrarlas, fomentando un ambiente de respeto y aprecio mutuos.

La cumbre del programa llegó el último día, cuando los participantes se reunieron para difundir su mensaje a un público más amplio. Ante casi doscientos espectadores, los participantes subieron al escenario para interpretar la canción que ellos mismos habían compuesto. El mensaje que transmite la letra y su melodía resonó entre el público, inspirándoles a unirse al movimiento contra la discriminación y a abrazar la esperanza por un futuro más inclusivo.

Como testigo de su creatividad y colaboración, los participantes presentaron un vídeo que invita a la reflexión junto con la canción, capturando en pocos minutos la esencia de su viaje. El acto de difusión creó una corriente de inspiración, dejando un impacto que quedará por siempre en todos los asistentes. Sin duda, esta oportunidad ha servido para recordar el poder del arte para derribar barreras así como animar a otros a participar en la lucha contra la discriminación.

El programa de intercambio juvenil Erasmus+ celebrado en Italia entre el día 9 y el 16 de julio ha sido, sin duda, una experiencia profundamente transformadora para todos los participantes. Aprovechando el poder de las artes, los participantes de Italia, Rumanía, España, Polonia y Dinamarca se unieron para combatir la discriminación, especialmente contra los prejuicios étnicos y raciales. El programa no sólo permitió la expresión creativa, sino que también fomentó el crecimiento personal de cada individuo, la comprensión intercultural y amistades más allá de las propias fronteras.

Con el eco de las últimas notas de la canción, el impacto de este intercambio de jóvenes siguió resonando en las distintas comunidades. Se expusieron y debatieron ideas discriminatorias arraigadas a la sociedad de cada país y se fomentó un mundo en el que el amor y el entendimiento triunfa sobre el odio. Esta brillante iniciativa nos recuerda nuestra capacidad para progresar y dejar atrás las raíces tóxicas de décadas pasadas, utilizando el arte como catalizador para crear una sociedad más armoniosa e inclusiva.

Participantes españoles del intercambio juvenil “Gathering Together Against Discrimination”